ORAR Y TRABAJAR POR LAS VOCACIONES
Mensaje del Obispo de Chillán en el Domingo del Buen Pastor – 21 abril 2024
Queridos Hermanos y Hermanas de la Diócesis de Chillán:
Hoy es cuarto domingo de Pascua, día del Buen Pastor y de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Es una ocasión propicia para orar por las vocaciones de especial consagración y para que todos escuchemos el llamado que Dios nos hace a seguirle y a ponernos al servicio de su proyecto de amor. Demos gracias, ante todo, porque Jesús es nuestro Buen Pastor resucitado, que nos conoce, nos ama y ha dado la vida por nosotros. Él sigue ofreciéndonos su perdón y su paz, hasta cargarnos en sus hombros para conducirnos al corazón del Padre.
Demos gracias por tantos buenos pastores y buenas pastoras que han dado y siguen dando la vida por sus hermanos, desde nuestros padres, abuelos y familiares, hasta tantos servidores en la Iglesia y en la sociedad, que han sabido romper las dinámicas individualistas que caracterizan a nuestra cultura, y ayudan de diversas formas a edificar un mundo más justo y fraterno. De manera especial demos gracias por los sacerdotes, religiosas y otros fieles cristianos que, consagrándose a Dios, han dado y dan testimonio de su ternura, entregándose en el anuncio del Evangelio.
Es verdad que a veces hay entre nosotros egoísmos y malos ejemplos, pero hay muchos buenos pastores que están cerca de los que sufren, animan la acción evangelizadora y dan testimonio del amor de Jesús. Cuando estamos como diócesis en camino al centenario, que celebraremos el próximo año, agradezcamos al Señor por esos pastores según el corazón de Cristo que han sembrado el evangelio en estas tierras. Hagamos recuerdo agradecido de ellos.
Los invito a renovarnos en la oración por las vocaciones. Todos sabemos que hay pocos sacerdotes. Pidamos para que haya jóvenes que escuchen el llamado de Dios al servicio sacerdotal. También hombres y mujeres que se consagren en la vida religiosa y en tantos otros servicios misioneros en la Iglesia, así como jóvenes que estén dispuestos a formar familias cristianas que eduquen a sus hijos en la fe y el amor. Oren por los sacerdotes que sirven actualmente en la diócesis: 29 diocesanos y 9 religiosos, para que no les falte la alegría del corazón y la generosidad en el servicio, y así sean testigos sencillos y fieles de Jesús el Buen Pastor.
Recen también por mí. Y no dejemos de buscar en nuestras familias, parroquias, colegios y comunidades, modos renovados de anunciar el evangelio a los niños y jóvenes, para que conozcan a Jesucristo y su hermoso camino de vida. Solo desde un encuentro alegre y auténtico con Jesucristo, podrán nuestros jóvenes escuchar en sus corazones el llamado de Jesús y su invitación a ponerse al servicio de sus hermanos. No dejemos de proponer la fe a nuestros niños y jóvenes. Que la Virgen María, cuyo corazón escuchó la voz de Dios y se hizo disponible a sus caminos, nos enseñe a amar y servir. Con un abrazo fraterno.
+ Sergio Pérez de Arce A.
Obispo de Chillán