Varias parroquias y comunidades de la Diócesis de Chillán celebraron este domingo la Fiesta de Cuasimodo que se realiza en el segundo domingo de Pascua y que tiene por objeto llevar la comunión a los enfermos.
En Chillán, varias parroquias lo celebraron. Una de ellas es la Parroquia Sagrada Familia, la que congregó a una animada comunidad que visitó varios domicilios para llevar la comunión. El responsable parroquial, Juan Ramón Ovando, precisó que “esta es una actividad que mantenemos a través del cariño de muchas familias, de hombres y mujeres comprometidos con la iglesia y la Pastoral de Salud de nuestra Parroquia para atender a los hermanos más frágiles. Es una fiesta muy hermosa y enriquecedora”.
En comunas
Este domingo en la Parroquia Dulce Nombre de Jesús se desarrolló la tradicional Corrida de Cuasimodo comenzando en el Templo Parroquial en donde el párroco padre Pedro Rodríguez indicó que “se trata de una antigua tradición chilena que destaca el sentido de fe”. Después de una eucaristía, presidida por el padre Pedro, se realizó una colorida corrida por las calles de Quirihue, para visitar a los hermanos y hermanas que no pudieron llegar al templo por diversas enfermedades, las cuales fueron bendecidas con el Cuerpo y Sangre de Cristo Resucitado.
En Quillón también se llevó a cabo la celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia en Parroquia Inmaculada Concepción de Quillón, con la exposición del Santísimo y el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia junto a la comunidad. La actividad estuvo a cargo del grupo de oración, personas que se destacan por llevar adelante un comedor solidario que funciona los lunes para atender a hermanos en situación de calle.
Por segundo año se celebró la Fiesta de Cuasimodo en la Parroquia San Miguel de Yungay. Terminada la eucaristía dominical, un grupo de hombres de campo y de fieles acompañaron al padre Boanerges Correa y al diácono Gabriel Fuentes, quienes recorrieron la ciudad llevando el cuerpo de Cristo a los enfermos. Se vivieron momentos de gran emoción al recibir el cuerpo de Cristo en sus hogares. Asimismo, la comunidad agradeció esta hermosa iniciativa que hasta el año anterior nunca se había realizado en Yungay. Dios sale al encuentro de los peregrinos y enfermos que tienen sed de Él.
Beneficiados
Carmen, de 95 años, hace mucho que no puede asistir a una misa para recibir la comunión por los problemas propios de la edad. Ella fue una de las personas que este domingo pudo recibir la visita de un sacerdote. “No he podido ir a la parroquia, rezo en casa todas las noches y estoy oyendo las misas que transmiten, por esto la Fiesta de la Divina Misericordia es tan importante para mí”.
Fresia Aguilera, de Villa Las Acacias de Chillán, cuenta que hace 50 años vive en ese lugar. “Siempre estamos muy unidos y pendientes del otro. Somos varios de la tercera y cuarta edad, pero nos comunicamos por teléfono y en este tiempo ya dejamos de salir por el frío. Por esto, estoy agradecida de esta actividad. Tengo un hijo en Quillón que tiene un grupo de huasos montados y me contó que saldrían a dar la comunión. Hace mucho que no puedo ir a la iglesia y que vengan a mi casa es una gran gracia para mí. Recibo la comunión y pienso en toda mi familia que me acompaña en turnos para no dejarme sola porque ya no camino”, indicó emocionada.
Fotografías y textos: Producción Red de Comunicadores San Bartolomé.