Este viernes 2 de agosto se informó el fallecimiento del diácono permanente de la Diócesis de Chillán, Sergio Alarcón Parra, quien se desempeñaba como tal en la Parroquia Dulce Nombre de Jesús de Quirihue.
Fue ordenado diácono el 17 de julio del año 2005 por monseñor Alberto Jara. Este año había celebrado 19 años de servicio. Su esposa era Juana Gutiérrez, con quien tuvo siete hijos. Se desempeñó como gendarme y también como capellán del Cuerpo de Bomberos de Quirihue.
Fue invitado al Diaconado por el sacerdote Agustín Moncada, párroco de la época en Quirihue, quien lo instó a terminar su preparación, convirtiéndose en el primer diácono de la parroquia.
La Comunidad recuerda que Sergio Alarcón acompañó a sacerdotes en las eucaristías tanto urbanas como rurales, además de bendecir nuevos hogares, visitar enfermos y acompañar a familiares de fallecidos.
Tras la pandemia del Covid-19 su salud se debilitó. Cercanos advirtieron que, durante las últimas semanas, su estado se complicó debido a una larga enfermedad, siendo trasladado hasta Santiago. Sin embargo, hace unos días pidió ser devuelto a su casa en el sector de Vegas Verdes, en donde recibió los últimos sacramentos.
La Parroquia de Quirihue hizo sonar sus campanas al conocer la noticia de su fallecimiento y dispuso de sus instalaciones para el funeral que se desarrollará este domingo a las 09.30 horas. Su velorio se desarrolla en la que fuera su hogar.
El administrador diocesano, padre Patricio Fuentes, expresó su agradecimiento al Señor por la vida de Sergio Alarcón y sus 19 años de diaconado permanente. “Fue una persona que colaboró mucho con la Iglesia en Quirihue, reconocido por la comunidad y muy querido en el Decanato Costa. Damos gracias a Dios por habernos permitido conocerlo y acompañamos a su familia en estos momentos de dolor”.