Dos veces al mes se reúnen los aspirantes al Diaconado Permanente de la Diócesis de Chillán. Se trata de siete varones que están formándose en distintas temáticas como Sagradas Escrituras, los hitos de la historia de la Salvación, y la conexión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, entre otras.
Los siete aspirantes al Diaconado Permanente de la Diócesis de Chillán son Miguel Romero, Mario Muñoz, Sergio Faúndez, Juan Vallejos, Demósteles Arriagada, Juan Riquelme y Luis Merino, quienes por estos días han estado recibiendo distinta instrucción por parte de los sacerdotes de San Bartolomé como Luis Flores, Gonzalo Gómez y Patricio Fuentes.
Este grupo ya está completando los tres años de formación de un total de cinco para poder ser ordenados como nuevos diáconos para la Diócesis.
Mario Muñoz cuenta que “mi familia me ha apoyado absolutamente en este camino que decidí tomar puesto que hubo un llamado. Yo entendí que Dios estaba hablando a través de ciertas personas que me permitieron tomar este camino. Hay disposición, servicio y obediencia. Esta preparación ha sido cada día más desafiante porque nos ha metido en el corazón de cada una de las personas, ha sido lindo también conocer al resto de los compañeros y las comunidades en la que estamos insertos han sido muy importante y siempre les estamos diciendo que pidan por nosotros”.
Juan Riquelme dijo que “el apoyo más grande que tengo es de la comunidad de Bulnes. Con mi señora llevamos más de 18 años haciendo catequesis y esto me motivó para dar las gracias a Dios por su misericordia, además del llamado que sentí de mi comunidad para cumplir con esta tarea del diaconado permanente. Han sido tres años de discernimiento, ha sido un proceso grato porque hemos aprendiendo la Palabra de Dios que luego podemos compartir con nuestros hermanos. Esto me ha motivado para seguir adelante”.
Etapas
El administrador diocesano, Patricio Fuentes, explicó que esta Escuela de Formación “es un proceso de formación que ayuda a las personas que han ingresado a este camino a discernir su posible vocación al Diaconado Permanente. Tiene varias áreas, la primera es precisamente el discernimiento en donde cada uno busque clarificar sus motivaciones. Luego hay un área de formación más de la persona, y ahí también involucramos a sus señoras porque ellas son muy importantes en este camino vocacional; ellos han recibido el sacramento del matrimonio y están llamados a vivir el ministerio del diaconado dando testimonio de su vida familiar”.
“También está la formación espiritual, con temas, retiros; y la formación intelectual que tiene que ver con el aspecto teológico, centrado principalmente en la predicación de la Palabra, en la vivencia, la caridad, la fraternidad y la liturgia. Es un proceso que en este caso se inició el año 2022, con un número mayor al que tenemos actualmente ya que en el camino algunos decidieron no continuar. En el 2023 hemos estado también encontrándonos mensualmente y ellos han hecho un Diplomado en Teología con la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Este año nos hemos adentrado en una formación más específica en el diaconado; el primer semestre con mucho énfasis en la formación humana estudiando el ISE (documento Integridad en el Servicio Eclesial que nos presentó la Conferencia Episcopal); y este segundo semestre estamos en una formación espiritual teológica centrada en la Palabra de Dios, iniciando este sábado 10 de agosto dos encuentros mensuales”, agregó el administrador diocesano y encargado de la formación de estos siete postulantes.