A través de una emotiva eucaristía presidida por el administrador diocesano, padre Patricio Fuentes Benavides, la Diócesis San Bartolomé celebró la Vida Consagrada en la Parroquia San Bernardo de Chillán Viejo este jueves 15 de agosto en que también se celebra la Asunción de la Virgen.
Concelebraron los sacerdotes Fernando Varas y Manuel Díaz; y en la misa participaron las religiosas que pertenecen a distintas congregaciones que trabajan en la Diócesis. En su homilía, el padre Patricio agradeció a cada una de las religiosas por su incansable trabajo desde distintas áreas del quehacer pastoral como la educación, la salud, la contemplación y el aporte social que han realizado desde los distintos carismas que las caracterizan.
“En este día celebramos a la Vida Consagrada, personas que son un signo visible de esa vida del Reino que el Seños nos anuncia en el Evangelio. De esa vida fraterna, sencilla y en el amor. Ellos son las religiosas y religiosos, que con sus distintos carismas nos van ayudando a edificar la Iglesia y a caminar y mostrando la vida que el Señor quiere que vivamos”, precisó.
En la Diócesis de Chillán actualmente son varias las congregaciones que trabajan en distintas comunas. Entre ellas destacan la Congregación de Jesús en Chillán, San Ignacio y San Carlos; las Misioneras de Santo Domingo en Chillán; Hermanas Franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús de Pinto; Hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María de Pemuco; Orden de las Ursulinas en Chillán; Carmelitas Teresas de San José en Chillán Viejo; las Misioneras Seglares de la Iglesia; Hijas de Jesús en la Parroquia Buen Pastor de Chillán; Hermanas de Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento del Monasterio de Chillán Viejo; Siervas de Jesús en el Consultorio de Chillán; y las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón en San Carlos.
“Desde sus distintos carismas, ellas nos muestran la vida religiosa presente en nuestra Diócesis y hoy agradecemos a Dios por contar con el trabajo de estos hermanos que nos animan cada día”, agregó el padre Patricio.
Testimonios de entrega
Dentro de la homilía, dos religiosas entregaron a la asamblea su testimonio de vida ligada al trabajo que desarrollan en la Diócesis de Chillán.
La hermana Marta García, misionera de Santo Domingo, señaló que “la vocación es una invitación de Dios y un compromiso personal de cada una de nosotras. Hay una reciprocidad, porque, aunque la iniciativa la toma Dios, requiere de una respuesta de nuestra parte. Es una respuesta que, en muchos momentos, supone sacrificios y esfuerzos, Él no nos garantiza que será un camino de rosas, pero sí nos garantiza que estará siempre al lado de nosotras. Entonces en esos momentos en que se nos mueve el piso, tenemos que volver la mirada hacia atrás y pensar en el por qué, en el para qué, pero por sobre todo en por quién. Y no me cabe duda que, en el corazón de nosotras, la respuesta es Jesús, quien se hace un compañero de camino en medio de nuestras vidas”.
Por su padre, la hermana Valentina Pérez de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, precisó que “somos muchísimos carismas dentro de la Iglesia y servimos según el llamado de nuestros fundadores o fundadores. Mi vacación la descubrí en la Pastoral Juvenil de la Parroquia de los Sagrados Corazones de Talcahuano, hoy Hualpén. Y en este tiempo, mucha gente ha caminado conmigo. Muchos nos ayudamos a descubrir el llamado de Dios según los tiempos”, indicó.
Finalizada la misa, las religiosas se trasladaron hasta Casa Tabor para compartir un almuerzo de camaradería.