El Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, aprobado por el Papa Francisco el pasado 26 de octubre, «participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro y como tal pido que sea aceptado». El Papa, en la Nota que acompaña al Documento, firmada en la solemnidad de Cristo Rey del Universo, y difundida la tarde de este 25 de noviembre, reitera, como ya dijo con ocasión de su aprobación, que «no es estrictamente normativo» y que «su aplicación necesitará diversas mediaciones». Pero «esto no significa que no comprometa desde ahora a las Iglesias a hacer opciones coherentes con lo que en él se indica». De hecho, el documento en sí «representa una forma de ejercicio de la auténtica enseñanza del Obispo de Roma que tiene algunos rasgos de novedad», pero corresponde a lo que Francisco afirmó en octubre de 2015 sobre la sinodalidad, que es «el marco interpretativo adecuado para comprender el ministerio jerárquico».
Comunión, participación y misión
El Pontífice confirma que el camino del Sínodo que inició en octubre de 2021, en el que la Iglesia, a la escucha del Espíritu Santo, fue llamada «a leer su propia experiencia e identificar los pasos a dar para vivir la comunión, realizar la participación y promover la misión que Jesucristo le confió», continúa en las Iglesias locales, atesorando precisamente el Documento final. Un texto que fue «votado y aprobado por la Asamblea en todas sus partes», y que el Papa Francisco también aprobó y, firmándolo, ordenó su publicación, «uniéndome al “nosotros” de la Asamblea».
Los temas confiados a los diez grupos de estudio
Recordando lo que dijo el 26 de octubre, el Papa reitera que «se necesita tiempo para llegar a opciones que impliquen a toda la Iglesia», y que «esto es particularmente cierto para los temas confiados a los diez grupos de estudio, a los que se podrán añadir otros, en vista de las decisiones necesarias». Y subraya una vez más, citando lo escrito en la Exhortación postsinodal Amoris laetitia, que «no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben resolverse mediante intervenciones del Magisterio». Así como que «en cada país o región se pueden buscar soluciones más inculturadas, atentas a las tradiciones y desafíos locales».
Indicaciones que ya se pueden poner en práctica en las Iglesias locales
Francisco añade que el Documento final contiene indicaciones que «ya se pueden poner en práctica en las Iglesias locales y en las agrupaciones de Iglesias, teniendo en cuenta los diversos contextos, lo que ya se ha hecho y lo que queda por hacer para aprender y desarrollar cada vez mejor el estilo propio de la Iglesia sinodal misionera». A partir de ahora, escribe el Pontífice, «en el informe previsto para la visita ad limina cada obispo se ocupará de informar sobre qué opciones se han realizado en la Iglesia local que le ha sido confiada en relación con lo indicado en el Documento final, qué dificultades se han encontrado, cuáles han sido los frutos».
Ahora las palabras compartidas deben ir acompañadas de hechos
La tarea de acompañar esta «fase de realización» del camino sinodal, concluye el Papa Francisco, está confiada a la Secretaría General del Sínodo junto con los Dicasterios de la Curia Romana. Y vuelve a reiterar, como ya dijo el 26 de octubre, que el camino sinodal de la Iglesia católica «necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas de hechos». Que el Espíritu Santo, don del Señor resucitado, es su oración final, «sostenga y guíe a toda la Iglesia en este camino».
Fuente: Vatican News
Ciudad del Vaticano, 26-11-2024