Ya estamos viviendo el Encuentro Nacional de la Juventud que se desarrolla en La Serena este 2025. La Diócesis San Bartolomé de Chillán logró inscribir a 326 peregrinos, quienes participan en esta verdadera fiesta de renovación que tendrá como protagonistas a los jóvenes de nuestro país.
El coordinador de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Chillán, padre Sebastián Uribe, se mostró contento con la cantidad de peregrinos de Ñuble que participarán en este encuentro y en esta entrevista aborda los aspectos más importantes de este gran encuentro.
¿Cómo se preparó la delegación que participa de este encuentro?
Para nosotros este tiempo ha sido de verdad de mucha sorpresa porque llevamos 326 jóvenes a la JNJ y en realidad no teníamos mucha esperanza de llevar tantos jóvenes, debo reconocerlo. Nosotros nos habíamos puesto una meta máximo 200 personas, máximo 200, pero siendo muy optimistas y la convocatoria nos dejó a todos con la boca abierta, sobre todo porque la JNJ ha hecho despertar en las parroquias la pastoral de jóvenes.
¿De dónde son los jóvenes que participan en esta experiencia?
El 80 por ciento son jóvenes de parroquia que no pertenecen a ningún colegio católico, ninguna universidad, ni movimiento, sino que directamente de parroquia y eso es una tremenda alegría para nosotros de verdad. De las 31 parroquias, va casi el cien por ciento.
¿Entre qué edades fluctúan?
En su mayoría son jóvenes de entre 16 a 24 años. Ellos participan con sus asesores, y en algunos casos, van acompañados por sus padres también. Son chiquillos, algunos ya saliendo del cuarto medio, universitarios, es bien variado.
¿Cuáles son las expectativas que guarda como asesor respecto de este encuentro?
Los chiquillos tienen altas expectativas de la jornada nacional de la juventud, y espero que esa expectativa se cumpla. Creo que esto de juntarnos jóvenes de todo Chile es una experiencia muy bonita y los jóvenes van con muchas ganas de compartir, de encontrarse, de conocer La Serena. Muchos de nuestros jóvenes nunca han ido a la cuarta región. Este será un espacio para conocer otra realidad eclesial. Como asesor, deseo que esta jornada nos sirva para despertar a las pastorales juveniles en todo el país. Tenemos que pensar en cómo hacer para que esos jóvenes se queden luego de haber tenido una experiencia tan bonita con Dios.
En la Diócesis se vio un tremendo trabajo para reunir los recursos…
Así es. La primera etapa fue solamente recolección de recursos, trabajar, motivar y trabajar, para obtener los recursos, para pagar la inscripción, etcétera. Y después ya pasamos, terminada la inscripción a una etapa más espiritual. Y yo creo que estamos en esa etapa de oración, de concientizar lo que es la jornada, algunas parroquias trabajaron un material que hay en internet, basado en la fraternidad.
¿Cómo es la disposición de nuestros peregrinos?
Yo creo que estamos frente a una juventud creyente, una juventud creyente que tenemos que descifrar. Esta juventud cree y tiene esperanza. Creo que el lema “Peregrino de la esperanza” del Jubileo se adhiere bien a los jóvenes que se aburrieron de la delincuencia, de las drogas, de las malas noticias que vemos todos los días y están en busca de un cambio social, de propiciar también un cambio eclesial y para nosotros como iglesia esto debe ser un desafío, hay que darles espacios, permitir que los chiquillos vivan su juventud dentro de la iglesia.