Este domingo, el Faro Monumental de La Serena fue el escenario del cierre de la primera Jornada Nacional de la Juventud (JNJ) realizada en Chile, un encuentro que reunió a jóvenes de todo el país en torno a la fe, la esperanza y el llamado a la misión.
La misa fue presidida por el Arzobispo de La Serena, René Rebolledo Salinas, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile. La celebración contó con la participación de los cinco mil peregrinos que llegaron a la Jornada, así como también de fieles de todas las comunidades parroquiales de La Serena y Coquimbo, quienes celebraron juntos la gran acción de gracias tras la semana de actividades llenas de reflexión y alegría en esta jornada histórica.
En su homilía el Arzobispo Rebolledo destacó el papel transformador de la Palabra de Dios en la vida cotidiana e instó a los jóvenes a vivir como testigos de esperanza. Citando el Evangelio del día, subrayó: “Hoy, en presencia de ustedes, se ha cumplido este pasaje de la Escritura” (Lc 4,21), agregando que “Hoy, para nosotros, en esta celebración el Señor actualiza su salvación. Él nos hace presente nuestra condición de ungidos y enviados”, recordando que Jesús nos llama a anunciar y vivir su buena nueva y la gracia entre los más necesitados.
El pastor enfatizó que este mensaje es un llamado a todos los creyentes a ser protagonistas de un nuevo tiempo, especialmente en este Jubileo: “El Señor anuncia también hoy este año favorable y lo cumple en medio nuestro, más aún lo cumple con nosotros. Nos convierte no solo en testigos, sino también en peregrinos anunciadores de la esperanza que salva, en constructores de un nuevo tiempo en donde hemos de ser protagonistas para sanar, liberar, acompañar, alimentar”. Invitó también a los jóvenes, a abrir sus corazones y convertirse en luz para quienes sufren: “No tengan miedo de compartir con todos la esperanza y la alegría de Cristo Resucitado”, dijo recordado palabras del Papa Francisco.
Finalmente, el Arzobispo Rebolledo enfatizó “De corazón deseo que en este año Jubilar caminemos recordando siempre nuestra condición de llamados y enviados, que recibimos la unción del Espíritu, para participar de la vida en Cristo, como lo hiciera la Virgen santa” colocando la jornada bajo la protección de la Virgen del Rosario de Andacollo, la “Chinita”, y exhortando a los presentes a regresar a sus comunidades siendo verdaderos mensajeros de la esperanza: “En Cristo encontramos vida abundante, un gozo que llena de sentido nuestra vida (…) Él nos da esa esperanza que no se detiene ante la adversidad; que Cristo está vivo y vive en nosotros. ¡Qué así sea!” .
El asesor pastoral juvenil de la Diócesis de Chillán, padre Sebastián Uribe, agradeció las oraciones de quienes han estado en estos días pendiente del desarrollo de la Jornada Nacional de la Juventud.
«Hemos terminado la JNJ en donde nos hemos encontrado tanto con nuestros hermanos como con el Señor. En estas horas en que estamos regresando a la Diócesis de Chillán queremos agradecer a la Arquidiócesis de La Serena, que nos dio la oportunidad de compartir esta experiencia hermosa de fe. Agradecer las oraciones de tantos para que esta experiencia fuera un éxito», señaló.