Por Luis Flores Quintana, sacerdote diocesano, para Diario Crónica Chillán
El sentir general es que no queremos seguir viviendo tal como estamos. Las autoridades de la salud le llaman fatiga pandémica. La irrupción de la llamada variante delta fue un golpe al optimismo que ya tenía, a muchos haciendo planes para los meses venideros. En medio de todo, parece que ninguna medida preventiva tiene sentido, no se toman en serio, no se fiscalizan o, simplemente, son ineficaces. Al final, todo da lo mismo, intuimos que no podemos seguir así pero, no depende de nosotros y eso contamina el ánimo de las personas y ambientes. Solemos escuchar: no sé la razón de mi cansancio, el tiempo ha sido tan largo y no he hecho nada, parece que fue ayer que comenzó la pandemia y va más de un año. Los días se han vuelto grises y, no es el invierno.
Como respuesta inconsciente nos autoengañamos, asumimos que esto es terrible pero, pasa a otros, cerramos los ojos a los números y a la experiencia, cada uno de nosotros ya sabe de alguien cercano, familiar o amistad, que ha sido afectado o falleció. Cuando todos ya tenemos un conocido o familiar involucrado, eso es mucho. También, nos hacemos la ilusión de que ya estamos controlando aquello que nos aflige (ilusión porque no podemos dar argumentos de que es así) la solución es una especie de relajo y negación. Cuando la solución es, repetir lo que se viene haciendo o negar la realidad, no soluciona nada. Ante esto, pareciera, falsamente, que líderes verdaderos están ausentes y todas las instituciones en silencio, al menos, sobre los problemas reales.
Por otra parte, es verdad que muchas cosas no dependen de nosotros, pero, lo más importante sí. La manera cómo enfrentamos la vida, como nos relacionamos en familia, la calidad que damos a lo que hacemos, eso da una dirección a la vida. Contemplar la belleza de lo cotidiano exige detenerse y fijarse en los detalles. Depende de nosotros no transformar las rutinas en oscuridad, pues, solo con detenernos unos instantes nos damos cuenta de que la vida avanza, sí tiene una dirección, lo atestiguan de manera silenciosa los que se mantienen en sus ideales, los adultos mayores que viven porque son fieles a su rutina de horarios, lecturas y medicamentos, los niños y jóvenes que fieles a las pantallas mantienen el anhelo de encontrarse con sus compañeros, también las instituciones que en medio de toda la adversidad se han trasformado para seguir cumpliendo sus objetivos,
El virus solo tiene poder sobre nuestro cuerpo, no dejemos que se apodere de nuestro espíritu. La vida corporal está bajo amenaza, que sea la oportunidad para que brille y triunfe nuestra espiritualidad, lo necesitamos y sacará lo mejor de cada uno. No se trata de poner al mal tiempo buena cara, sino de reconocer que la vida es más fuerte que la muerte y que más allá de nuestro optimismo, tenemos una esperanza que nos da razones para vivir y fuerza para no rendirnos.
Muy. Buena lectura de lo que nos afecta y cómo lo espiritual llámese amor, esperanza paz interior, es la clave para superar los obstáculos que nos presenta el día a día de esta pandemia.
Usted siempre tan acertijo. Que Dios siga guiando eliminando su vida.Para que a través suyo,nosotros podamos ser luz en este mundo en tinieblas.bendiciones.
Brillante reflexión, que nos invita a la Esperanza y a trascender en espíritu, en comunión y en la Fe.
Saludos.
Excelente felicitaciones!!!!!
Estamos acostumbrados a conectarnos con la tragedia, con lo malo que nos ocurre y es porque así nos han educado, esta pandemia es un llamado de atención precisamente a educar desde la conexión a nuestro Espíritu, a nuestra esencia, reconocernos quienes somos realmente, la biblia lo dice: estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, pero quien lo cree realmente??? Descubrir el inmenso potencial interior y al ser esencial que habita en nosotros y desde nuestra propia divinidad conectarnos con Dios para calmar la ansiedad de lo que ocurre, disipar los miedos y también cada día crear ese proyecto de futuro que quiero para mi vida, darte ese pequeño instante de vibrar en el cuerpo con ese sueño de lo que quiero, si lo haces algo mágico empieza a ocurrir, porque te conectas con la Fe, con Dios en acción desde tu propio yo.
Luis amigo . Muy bueno muy cierto .
Tus palabras son dignas de compartir a todo el mundo . Que gran verdad .
Una mirada que nos da la esperanza de vivir bien espiritualmente este periodo de pandemia .
Gracias .. como siempre es un agrado leer tus escritos .
Un abrazo .
Annia .
Hermoso mensaje da profundidad y esperanza y sin duda llamados a apreciar lo pequeño y frágil y lo vulnerable y que la Vida es nuestra esencia en todo tiempo.
Gracias Padre Luis Flores
Gracias Padre Luis por señalar la realidad, pero al mismo tiempo realzar la esperanza,fundada en la fe y el amor.
Estamos aislados y añorando personas que queremos, pero no por ello infeliz, todo lo contrario e sentido más amor que nunca y la presencia de Dios, gracias por ello. Ya vendrán días majores.
Padre Luis
Ud tiene razón si logramos que la espiritualidad triunfe en nuestro ser lograremos sentir la verdadera Fe y lograremos sentirnos realmente hijos de Dios por ello pediré al espíritu santo que me ayude a lograrlo
Gracias
Las personas que confían su vida al señor y honran sus enseñanzas, solo pueden obtener bendiciones de su parte. Es por ello que cristianos como tú, logran sus metas y objetivos. Felicidades Padre Luis!!
Volver al centro de nuestro ser!! Hoy como nunca debemos hacer carne en nosotros que el Señor nos dejo su Espíritu, antes de partir y el que vive según el Espíritu que tiene en su interior, vive de otra forma. Otras personas ya vivieron lo que vivimos hoy y la vida siguió. Asi será ahora.
Importante que se empiece a evangelizar en torno al Espíritu, se le ha dado tan poco protagonismo para enfrentar la vida, que hoy son muy pocos los cristianos que son felices a pesar de la adversidad. Más bien se aguanta o se acepta la dificultad, pero no se transforma. San Pablo explica súper bien lo que es vivir segun el Espíritu. Disculpen la extensión, solo es mi forma de pensar. Gracias
Buenas tardes padre Luis que lectura más presisa en estos momentos de tanta preocupación por todos por lo que estamos viviendo cada uno a su manera, por eso lo quenos entrega en esta hermosa lectura, nos llega muy profundamente, gracias Padre Luis por hacernos llegar estas crónicas, para que nos hacerquemos más a nuestro Padre Dios, que el Señor le bendiga.
Que buen texto Padre Luis, un abrazo cariñoso y gracias por todo ápice de esperanza.
Como siempre, excelente reflexión.
Guardando las proporciones, tejemos la oportunidad de entender que nuestra ser persona tiene una dimensión que no es corpórea, que es espiritual. Tenemos la oportunidad de hacernos cargo y fortalecernos!
También, como muy bien lo menciona, a pesar de todo lo nos cansa, entristece, hay mucho por lo cual agradecer, dones que Dios nos da día a día, disfrutémoslos hoy!