Recordemos que la comunicación es el proceso que transmisión de un mensaje o una información entre un emisor (crea el mensaje) y uno o más receptores (reciben el mensaje), a través de un medio físico (como las ondas sonoras en el aire) y empleando un código especifico (como el idioma). Dicho proceso es inherente a los seres vivos y alcanza su mayor nivel de complejidad en el ser humano, único animal dotado de lenguaje estructurado.
Sin embargo, la comunicación puede enfrentar a menudo dificultades para concretarse, como deficiencias en los interlocutores, ruido ambiental y, muchas veces, poca asertividad comunicativa de parte del emisor, es decir, poca capacidad para propiciar un acto comunicativo óptimo.
Así, la comunicación asertiva toma en consideración elementos inherentes a la comunicación verbal como pueden ser el tono de voz, el ritmo de habla, pero también otros aspectos como el lenguaje corporal, para desarrollar cierta inteligencia comunicativa en el emisor que vaya en mejoría sustancial de su capacidad de dar a entender el mensaje.
Comunicación asertiva
La comunicación asertiva es la que se transmite en forma clara. Esto aplica no solo al contenido de la comunicación sino también a los elementos que la acompañan, como los gestos y sonidos.
La comunicación asertiva, además, siempre va acompañada de la empatía por parte de quien la produce. La idea de la comunicación asertiva es generar siempre un clima sincero y sin conflictos entre las partes.
Características de la comunicación asertiva
Para que la comunicación sea asertiva, se deben tomar en cuenta una serie de elementos que la caracterizan y que tienen que ver con aspectos psicológicos, emotivos y pragmáticos del acto comunicativo. Así, por ejemplo, la comunicación asertiva toma en cuenta lo siguiente:
- La postura corporal.
- La gestualidad.
- La articulación.
- La reciprocidad.
- Localización.
¿Qué son las barreras de la comunicación?
Se conoce como barreras de la comunicación a los obstáculos y las dificultades que pueden surgir durante el proceso comunicativo y entorpecer la correcta culminación del mismo o deformar el mensaje original.
Físicas. Circunstancias del ambiente que distorsionan la comunicación, la entorpecen o impiden total o parcialmente. Por ejemplo: los defectos materiales de una grabación magnética, los ruidos ambientales que puedan opacar la voz del emisor, la presencia de numerosos actos comunicativos a la vez que se vuelven indistinguibles, etc.
Semánticas. Son los relacionados con el código mismo de la comunicación, que puede variar entre emisores y receptores, haciendo difícil (o simplemente imposible) el entendimiento. Por ejemplo, cuando intentamos leer un texto en otro idioma, o cuando empleamos una palabra del mismo idioma que tiene distintos significados en otro país.
Fisiológicas. Taras y defectos corporales del emisor o del receptor, que les hacen menos aptos para el proceso de la comunicación. Por ejemplo: la sordera, la afonía, la ceguera, etc.
Psicológicas. Aquellas condiciones propias del emisor y/o el receptor que tienen que ver con su emocionalidad o su personalidad, y que lo predisponen de algún modo a una forma de comunicación específica. Esto puede querer decir que no estén dispuestos del todo, o que simplemente rechacen la comunicación, por ejemplo, al estar nerviosos, distraídos, asustados, etc.
¿Cómo evitar las barreras de la comunicación?
Para evitar las barreras comunicativas, dentro de lo posible, se aconseja:
- Procurar enviar mensajes claros, en un código afín (quizá se deba verificar primero que lo sea).
- Propiciar que las condiciones ambientales sean las propicias para el acto comunicativo. Por ejemplo, hablar durante un concierto de rock puede resultar difícil.
- Emplear la retroalimentación: intercambiar los lugares de emisor y receptor a menudo. Lo contrario a monologar.
- Tener conciencia del estado anímico o emocional que se posee al iniciar (o durante) el acto comunicativo, así como de las propias predisposiciones o incluso prejuicios, de ser pertinentes, para poder mantenerlos a raya.
- Revisar que el canal sea propicio para iniciar la comunicación: que el emisor no escuche a nadie más, que esté dispuesto a comunicarse, etc.
En el marco de la formación del líder cristiano, es fundamental incluir el concepto de inteligencia comunicacional, por cuanto representa el medio a través del cual lograr acuerdos, gestionar reuniones y encuentros, asegurar el consenso y por cierto expresar ideas, sentimientos y el tipo de organización que deseamos darle a nuestras comunidades cristianas y la capacidad de influir positivamente en ellas.