Diversas instituciones de servicio, autoridades de la región, colegios y comunidades católicas se congregaron en la Catedral de Chillán la mañana de este jueves 18 de agosto para celebrar el Día Nacional de la Solidaridad, que se recuerda en memoria del padre Alberto Hurtado Cruchaga, fundador del Hogar de Cristo.
La actividad fue encabezada por el vicario general de la Diócesis de Chillán, padre Patricio Fuentes, quien estuvo acompañado de los sacerdotes Luis Concha, Fernando Varas, Nelson Jara y el jesuita Cristóbal Madero, quien estuvo encargado de la homilía.
El padre Cristóbal dijo que “hace 70 años en un día como hoy fallecía el padre Hurtado en el Hospital de La Católica. Una de sus amigas, que le ayudó a fundar el Hogar de Cristo contó a través de una crónica que el padre Hurtado se fue con una sonrisa, que este hombre solidario murió muy joven a los 51 años, pero profundamente feliz después de todo lo que el Señor había hecho con él. El padre Hurtado aprendió a ser solidario y lo hizo en su familia habiendo muerto su padre a temprana edad quedando él con mucha responsabilidad; aprendió en el colegio lo que significaba el evangelio que acercaba a Jesucristo a través de la piedad, pero también el evangelio que acercaba a Jesucristo a las obras de justicia con hermanas y hermanos”.
El padre Cristóbal también señaló que cuando el padre Hurtado entró a la universidad a estudiar derecho, se preocupó de estudiar las condiciones injustas del trabajo y recordó que los inicios del padre Hurtado fueron precisamente en Chillán. “Esta tierra lo acogió y desde aquí aprendió a ser jesuita, se transformó en un profeta de la justicia, fue un hombre que aprendió a ser solidario hasta el día de su muerte, incluso con su última sonrisa”, indicó.
Por último, el sacerdote jesuita señaló que “si bien la solidaridad tiene una dimensión de caridad, tiene otro nivel que tiene que ver con las relaciones entre iguales, hoy cro3 que Chile padece una falta de relación muy profunda en unos y otros. En el padre Hurtado podemos aprender a relacionarnos mejor. El padre Hurtado fue un muy buen sacerdote, su mensaje fue enseñar a otros a ser solidarios, construyendo relaciones más profundas que nos unan como chilenos y chilenas, como cristianos y cristianas”.