Este martes, la Diócesis de Chillán se reunió en torno a la eucaristía para dar gracias por el inicio del servicio pastoral del Papa León XIV. La misa fue presidida por el administrador diocesano, padre Patricio Fuentes, y concelebrada por los presbíteros Eduardo Mendoza y Eduardo Torres. También participaron todos los sacerdotes que conforman el presbiterio diocesano, en un signo de comunión y alegría por el nuevo pontífice.
La ceremonia, que congregó a numerosos fieles, contó con la presencia de representantes de las comunidades parroquiales y de los colegios católicos de la diócesis. Fue una ocasión especial de oración y unidad, en la que se manifestó el compromiso de caminar en sintonía con la Iglesia universal bajo la guía del nuevo Sucesor de Pedro.
Durante su homilía, el padre Patricio Fuentes expresó que “con alegría nos reunimos para agradecer a Dios el don del servicio pastoral del Papa León, que ha comenzado en estos días. Hace un par de semanas, nos reuníamos para rezar por el descanso del Papa Francisco. Tanto la muerte del Papa Francisco como ahora la elección del Papa León, lo hemos vivido en ambiente de Pascua. La liturgia nos invita todos los días a recordar a Jesús vivo, a Cristo resucitado que sigue acompañando la vida de la Iglesia”.
El administrador diocesano también destacó el sentido espiritual de estos acontecimientos.
“Todo lo que hemos vivido estos días no es algo que solamente ha acontecido. Para nosotros ha sido una acción del Espíritu de Dios. Esta comunidad también es animada por el Espíritu, y por eso nos alegramos por el Papa León. Se ha discernido y se nos ha regalado al Papa León como nuestro pastor”.
En ese mismo espíritu de comunión, añadió que “el Papa es el signo visible de esta fe en la comunión, y rezamos por él, adherimos a su persona, a su magisterio y a su enseñanza”.
Al término de la misa, el padre Patricio Fuentes entregó a los representantes de los decanatos y de los establecimientos educacionales la fotografía oficial del Papa León XIV, tomada el mismo día de su elección, como símbolo de comunión con el Santo Padre y como signo visible de su presencia espiritual en las comunidades de la diócesis.
Con esta celebración, la Iglesia de Chillán expresó su cercanía con el Papa León XIV y renovó su fidelidad al magisterio de la Iglesia, unida en la oración por su pontificado y por los desafíos de la Iglesia en el mundo de hoy.
Todo terminó con la oración por las vocaciones en este mes en que hacemos votos para que más jóvenes se sumen al llamado de Jesucristo.