En la Iglesia San Francisco de Chillán se celebró la ordenación diaconal de fray Felipe Márquez Retamal. La eucaristía fue presidida por el obispo auxiliar de Santiago y administrador apostólico de Osorno, monseñor Jorge Concha Cayuqueo, quien señaló que “este es un buen signo para la Iglesia en la situación en la que nos encontramos. También para los hermanos franciscanos en Chile. Por eso tenemos que agradecerle a Dios. Felipe está en camino a ser sacerdote y esta ordenación es la etapa previa. Siempre tenemos que apreciar mucho que Dios llame a quien quiere y lo haga por sus características. Estoy seguro que Felipe entregará un gran servicio a la Iglesia desde donde esté”, dijo.
El ministro provincial de los Hermanos Franciscanos en Chile, fray Isauro Covili, dijo por su parte que “la Orden se siente muy contento cada vez que un hermano recibe la ordenación de los diáconos, para servir al pueblo de Dios. Y si bien Felipe es hombre ya consagrado al Señor por su vida religiosa y sus votos, ahora pone su vida al servicio de la comunidad cristiana. Desde ahora, podrá servir al pueblo, acompañarlo, anunciar el reino de Jesús, proclamar la palabra, animar en la esperanza tan necesaria en este tiempo de reparación. Mientras más sumamos con respecto a esta experiencia, más importante es”, dijo.
Nuevo diácono
Felipe Márquez dijo tras la celebración, en la que estuvo acompañado por su familia y feligreses, que “esto es un don de la Iglesia y para la Iglesia, no es un don personal. Por ende, espero que la misma comunidad me saque trote en eso. A veces la comunidad es condescendiente y eso no nos hace muy bien. Una de las cosas que hay que adquirir como ministros es aprender a escuchar al pueblo de Dios, dejarse corregir, dejarse exigir para poder enseñar y acompañar de buena manera”, añadió.
“La misión de la Iglesia es amplia, la misión de la Orden en Chile también lo es y nosotros nos debemos a esa misión, más que a los quereres personales. Hay que aprender a renunciar a eso para poder hacer un buen trabajo y estar disponible a lo que se nos encomiende. Yo le pediría a esta comunidad de Chillán es que siga fortaleciéndose en su autonomía, no aislada de la Iglesia, sino en un sentido práctico de la palabra. Ellos pueden realizar cosas acompañados por nosotros, pero muchas de ellas dependen de la propia comunidad”, invitó.