Queridos hermanos y hermanas en la fe,
Este viernes 16 de julio celebramos la solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile. Los invito a celebrar en sus parroquias la eucaristía, especialmente en aquellos lugares que, por estar en fase 3, podrán cobijar en sus templos a 50, 80 o un poco más de 100 personas, según su capacidad (8m2 por persona es lo permitido). E invito a todos a hacer algún momento de oración en el día, para encomendar nuestro país a la Virgen.
Nuestro presente como país está cruzado por luces y sus sombras, y nos acompañan grandes preocupaciones e incertidumbres. La pandemia nos sigue golpeando, con su carga de muerte, enfermedad, cansancio y repercusiones económicas. La pobreza, después de muchos años de descenso, ha vuelto a subir. Hay tensión en la Araucanía y nuestra convivencia está marcada, a menudo, por violencias y descalificaciones. Enfrentaremos, por otra parte, importantes procesos eleccionarios; están iniciando su servicio nuevos alcaldes y gobernadores; y está en sus primeros pasos una inédita convención constitucional. No perdemos la esperanza, además, de ir recuperando poco a poco ciertos encuentros y actividades que extrañamos y necesitamos para una vida más plena.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen, que no nos deje caer en el desaliento, la apatía o la agresividad, y que todos los ciudadanos podamos asumir una actitud responsable con nuestra patria, cultivando actitudes de diálogo y mutua colaboración. Estamos llamados a construir un mejor futuro con los demás y no contra los demás. Pidámosle a la Virgen, como lo expresa una conocida oración: “Enséñanos a conquistar el verdadero progreso, que es construir una gran nación de hermanos, donde cada uno tenga pan, respeto y alegría”.
Que la Virgen nos ayude también a no olvidar a Dios. “Dios es el origen de nuestro ser y cimiento y cúspide de nuestra libertad; no su oponente”, nos decía el Papa Benedicto XVI. Que con María, podamos reconocer en nuestra patria el amor de Dios que nos sostiene y engrandece.
Con afecto sincero,
Sergio Pérez de Arce Arriagada
Obispo de Chillán
Chillán, 14 de Julio de 2021