Por Luis Flores Quintana, presbítero.
Para la iglesia la vida es un valor muy importante. Enseña que hay que acogerla, promoverla y defenderla. En estos días esto se convierte en un desafío. El coronavirus amenaza la calidad de vida de todos y la vida misma de los más vulnerables, adultos mayores y los pacientes crónicos.
Se trata de inculcar dos prácticas como las mejores medidas de prevención. Lavarse las manos y quedarse en casa. Es difícil entenderlas pero podemos aprender de la historia.
La parte de la Iglesia que nos orienta sobre lo que tenemos que hacer se llama ética o moral. Y existe una moral de la vida o bioética. Estos conocimientos han crecido y han recibido grandes aportes desde las ciencias de la medicina. De hecho, la palabra bioética la inventó un oncólogo en un discurso, a inicios de la década de los años setenta, y después la profundizó en un libro que tituló, “Un puente al futuro”.
En la misma época un adelanto médico provocó situaciones nuevas e inesperadas. Se había logrado una técnica que podía ofrecer la diálisis de manera permanente y segura y esto en un hospital que disponía de más de una posibilidad. La noticia era auspiciosa y esperanzadora. Una periodista se la tomó en serio e hizo una larga estadía en el hospital para ver como se salvaban esas vidas. Esto le marcó la vida y su artículo, la hizo famosa. Los pacientes eran más de los que se podía atender y, el hospital, convocó a diferentes personas, no solo médicos para decidir quienes iban a ser los pacientes a dializar. La diálisis les salvaba la vida. Alexander Shana, es el nombre de la periodista, subtituló su artículo “El comité Dios”, el título era “Ellos deciden quien vive, quien muere”. No había otra posibilidad.
Parte de la historia se repite. La amenaza del corona virus para los adultos mayores y enfermos crónicos es que al contagiarse necesitarán una máquina para sanarse, el respirador artificial o ventilación mecánica. Con ella en algunos días lograrán superar la enfermedad. Esto se hace en las unidades de cuidados intensivos, lo que conocemos como U.C.I. Parece que del virus nos contagiaremos casi todos, pero no será gran problema, excepto para los adultos mayores y pacientes crónicos que podrían necesitar hospitalizarse en la U.C.I. En la región de Ñuble existen 32 respiradores artificiales, si se enferman al mismo tiempo más personas, solo 32 de ellos vivirán, los otros no. El virus se contagia en la medida en que entramos en contacto con otros, por eso hay que evitar grupos, aglomeraciones y contacto, porque cuando nos contagiemos no lo sabremos hasta después de un tiempo y de haber propagado el virus por donde andemos. Por eso, por amor a la vida, para cuidar la vida, hay que quedarse en casa. Aunque te aburras, aunque cueste, para tus familiares, amigos, conocidos y vecinos mayores o enfermos crónicos, es de vida o muerte.
Hola p. Luis…. como siempre muy acertada y profunda su reflexión… pero que evitable podría haber sido si las autoridades hubiesen tomado en serio lo que pasaba en otras partes del mundo y se hubiesen preparado para enfrentar. Para que un médico como nuestro hijo se vea en esa disyuntiva… Matias esta muy preocupado desesperado y alarmado ya que el siempre quiso estar en la salud pública y atiende envio Cesfam, esta a cargo de postrados de todas las edades y vulnerables, y nos compartía que se niega a justamente eso…»tener que decidir quien usa esa máquina «
Excelente!
Por lo mismo, un llamado a nuestras autoridades a declarar Cuarentena Total en nuestro país, hay mucha gente que depende del criterio y decisiones de sus jefes o empresas. Es necesario y justo que todos y todas podamos cuidarnos, cuidar la vida.
Gracias Padre por el mensaje. El amor al prójimo y así mismo debe prevalecer, la vida es un regalo.
Muchas gracias Padre Luis Flores, muy buena reflexión, desde mi aislamiento preventivo, lo compartiré con todos mis contactos, tengo un familiar porfiado y como muchos, cuesta que acepten quedarse en casa. Bendiciones.
Toda la razón. Es cosa de ser solidarios y pensar un poco mas en los demás que solo en uno mismo. es vivir el Evangelio: amar al prójimo, no solo de palabra, sino con acciones concretas. Acciones tan simples como quedarse en casa, cuidar el lavado de manos y de nuestras casas….No parece tan complicado…nadie te pide sal a la calle, ve a cuidar a los enfermos….No, es mas sencillo: ¡¡¡QUÉDATE EN CASA Y SE CUIDADOSO Y RESPONSABLE !!!
Es tiempo de poner a prueba nuestra responsabilidad, nuestro amor al prójimo y amor por la vida. A quedarse en casa! Gracias por este artículo!
Que buena nota, esto que esta sucediendo no es algo menor, los enfermos siguen aumentando y hay gente que todavía no toma real conciencia o no está enterada de la cantidad de respiradores artificiales que hay en la Región, cada vez se va a poner más difícil la situación y es lamentable todo esto. Lo mejor es mantenerse en casa sobre todo si habemos personas que somos crónicos y tenemos familiares adultos mayores. Evitemos y no lamentemos.
Me alegro que usted como sacerdote escriba una artículo sin ocultar la verdad y realidad que estamos viviendo como País y sobre todo como Región.