Con una eucaristía celebrada en la Capilla San Alberto Magno, las Religiosas Misioneras de Santo Domingo asumieron la conducción de la Parroquia Santo Domingo en Chillán. La misa fue celebrada por el administrador apostólico de la Diócesis San Bartolomé, padre Sergio Pérez de Arce, quien agradeció públicamente a las religiosas por asumir con agrado esta responsabilidad.
Como responsable parroquial asumió la hermana Marta García Gómez, con todas las facultades propias de un párroco, salvo las que requieren carácter presbiteral. Dos religiosos dominicos seguirán viviendo en el Convento que está junto a la Iglesia y colaborarán en la atención sacramental de la Parroquia. Junto a ella trabajarán las religiosas Patricia Martínez Contreras y Paulina Lee.
El cambio fue necesario tras la petición de la Orden de los Predicadores (Padres Dominicos) al administrador apostólico, de dejar la conducción pastoral de la Parroquia por falta de sacerdotes. No obstante, la Congregación mantendrá una comunidad religiosa viviendo en el Convento, además de las obras sociales como el Policlínico, Comedor y el Centro de Teología y Biblia.
“Les deseamos a las hermanas Marta, Patricia y Paula, junto a la comunidad, que puedan vivir este tiempo con alegría y espíritu de servicio apoyados en el Señor. Hay una necesidad, pero hay que ir buscando nuevas maneras de llevar adelante la tarea pastoral. La Iglesia va cambiando y tenemos que hacer frente a la nueva realidad. Agradecemos a los hermanos dominicos que gracias a Dios seguirán colaborando en la parroquia, y agradecemos al padre Miguel Ángel Céspedes quien estuvo todo este tiempo como administrador parroquial”, precisó.
Por su parte, la hermana Marta García precisó que “en lo personal es un desafío grande, pero lo estamos viviendo sobretodo como comunidad porque es un compromiso que asumimos las tres hermanas que estamos sirviendo en la Parroquia Santo Domingo. Con ese espíritu de sencillez, humildad, de querer seguir sembrando la palabra, compartiendo las alegrías, las penas, la vida. Es una especie de continuidad asumiendo que esto supone un nuevo reto que implica un poco más de responsabilidad”, dijo.
“Las funciones que vamos a llevar a cabo nosotras son las que realiza cualquier párroco, la conducción y animación de los fieles. También podremos hacer bautismos y la liturgia de la palabra. Vamos a desempeñar este trabajo con harto cariño y pasión. Nos sentimos muy bendecidas en esta comunidad porque hay un compromiso muy fuerte de los laicos, tanto en las obras de solidaridad que se llevan a cabo en el Policlínico y en el Comedor, como también para múltiples tareas que se desarrollan en la capilla. Ojalá que ese compromiso siga vivo y sigamos caminando todos juntos en comunidad”, agregó.