Pbro. Héctor Aranda Mella
Obispado de Chillán
Tanto en educación como en la cultura actual, el tratamiento que se da al uso de la “memoria” ha suscitado frecuentes controversias, contando con defensores como detractores. En tiempos pasados existió un cierto culto generalizado a la memoria, incluso al memorismo, sin que importase demasiado la comprensión o entendimiento de lo recordado ni la capacidad crítica sobre los hechos o aplicaciones de la información y conocimientos adquiridos. Hoy en día, hemos pasado al otro extremo, donde muchas veces la “memoria” ya no tiene cabida ni en la educación ni en la comunicación.
Ahora bien, para nadie es indiferente la nueva forma de comunicación que se ha hecho popular en estos últimos años, y que traspasa todos los ámbitos de la sociedad: desde el deporte hasta referencias a grandes personajes, citas de grandes escritores, caricaturas o programas de televisión. Estos han permitido que por medio de una sola imagen acompañada de una frase, cumplan con el objetivo de comunicar o dar un mensaje de carácter social o popular, a veces en tono de denuncia y con el objetivo de hacer reflexionar y, otras, simplemente buscan hacer reír. Se trata de una nueva iconografía que desborda las redes sociales: los memes.
Popularmente un “meme” es la unión de una imagen y un texto difundido por Internet. Sin embargo, el término es parte de una teoría de la evolución cultural: la “memética”, y se refiere a la mezcla de las palabras memoria y mímesis (imitación) y su definición viene dada por el científico R. Dawkins, quien describe el meme como “una unidad mínima de información que se puede transmitir”.
En una sociedad en donde lo “inmediato” ha tenido mayor espacio dentro de la forma de relacionarse, pero sobre todo de comunicarse, el “meme” ha sabido encontrar su lugar dentro de la cultura juvenil, sobre todo cuando este tipo de iconografía ayuda a fortalecer (en cierta medida) la “memoria” y la síntesis, elementos que para algunos son poco utilizados en las nuevas teorías educativas aplicadas de estos tiempos.
Ayudemos a que nuestras nuevas generaciones vayan cultivando cada día más la memoria, sabiendo que esta mejorará en cierta medida no solo el conocimiento sino que también la comprensión, ya que la experiencia nos permite reflexionar sobre nuevas vivencias y poder evitar tropezar dos veces con la misma piedra.