Por Pbro. Héctor Aranda Mella
Obispado de Chillán
Con mucha nostalgia hemos recibido la noticia que para el año 2020 ya se encuentra en marcha el traslado y fusión de nuestra ex Escuela D-202, actualmente Los Héroes, junto al Liceo de Hombres y el Grupo Escolar, lo que dará paso al primer Colegio Municipal Narciso Tondreau en Chillán, cuya ubicación será en dependencias del actual Liceo.
Nostalgia, por un lado, y por otra preocupación por lo que se ha leído en estos días en los medios, sobre todo en relación a la postura que tienen los actuales apoderados quienes han manifestado su oposición al nuevo nombre, queriendo mantener la esencia y los valores que por más de 90 años ha entregado la Escuela Los Héroes a tantas generaciones, sobre todo a quienes fuimos parte de la educación municipal, y que sigue educando a niños y niñas al servicio de la sociedad.
Las razones de la fusión parecen comprensibles, sobre todo para quienes conocemos lo difícil que es gestionar una unidad educativa y lo importante que es buscar caminos que ayuden a que se cumplan con sus objetivos. Confiamos que en esta nueva etapa no se pierda la esencia de lo que muchos de nosotros recibimos por más de ocho años en un lugar donde la formación integral fue y seguirá siendo el fin de toda educación municipal. Sabemos que los tiempos han cambiado, y que las nuevas generaciones también, pero vaya todo nuestro aprecio para los profesores y asistentes de la educación que diariamente entregan todo de sí para la formación y educación de las futuras generaciones.
Solo quedará el recuerdo, y lo más importante el cariño a nuestros profesores y amigos que ya forman parte importante de nuestras vidas. Y como dijo un excompañero, es de esperar que el antiguo edificio que fue levantado con fines educativos pueda seguir entregando lo que es: quizá un centro cultural, un espacio donde se siga formando en las artes, las letras y la música, sobre todo para que nuestra escuelita no deje de ser lo que siempre fue, un lugar de formación y de educación para las generaciones chillanenses.
Finalmente vaya un sincero y cariñoso homenaje a quienes con vocación fueron nuestras formadoras más queridas y recordadas: profesoras Berta Almendra y Silvia Belmar, Ruth Ojeda, Mariana San Martin, Doris Tolosa, Cecilia Sánchez, Lila Segura, Emelina Villa, María Eliana Anabalón, profesores Ossa y Rojas, y tantos otros que han sido y serán parte importante de nuestras vidas.